domingo, 27 de noviembre de 2016

Entangled in Metal

Hoy me levanté pensando en este flaco César González y en sus lecturas que atraviesan su vida cotidiana, como habrán leído.

Me voy a acostar pensando en qué tan falto de convicciones estoy yo. O en cuán ahíto de convicciones estoy.
Y viene a la cabeza lo que hice todo el día, que fue descargar discos y escuchar los que iban llegando, mientras pasaban las horas y seguía lloviendo y menos ganas de salir tenía.
Todo el día escuchando metal, leyendo reseñas de discos de metal, ordenando metadatos de discos de metal.
Resuenan preguntas con voz de tía abuela que no tengo: «¿Por qué te gusta el metal, Fernandito? ¿Querés morirte solo?»
Un poco sí, tía. Pero no es sólo eso. Me voy a ir a acostar sonriente porque me parece que el metal "me atraviesa" como leer a Foucault "atraviesa" a este César González.

Porque… el metal tiene ese no sé qué...
Mejor dicho, tiene ese "sí sé qué", como dice en deathmetal.org por algún lado al reseñar un libro sobre la relación entre el satanismo y la música:

«The interviews in this book are often like metal itself, half amateurish lazy drop-out and half insightful dissident looking for a way outside of the tenets of modern society.»

«… como el metal mismo, medio escapismo perezoso, medio profunda búsqueda realmente disidente para encontrar una salida a las normas/costumbres/dogmas de la sociedad moderna.»

Lo que me gusta del metal, aparte de las disonancias y los chiflidos de las guitarras, de los ritmos de los dobles bombos imposibles de seguir con mis fofos pies, de las melodías imposibles de silbar, de los gruñidos, de los sonidos que van a sonar cuando llegue El Fin, aparte de todo eso, lo que "me gusta" del metal es que no entiendo ni un octavo de las letras (y cuando las entiendo casi siempre me dan vergüenza) ni me interesa mucho vestirme con una remera con la tapa de un disco o usar muñequeras o cadenitas o chupines, pero sé que esta música habla de mí precisamente por esto que dice esta frase tan cortita y tan contudente.

Es escapismo porque sí mezclado con auténtica rebeldía lo que tiene el metal.

Y ahí sí que estoy yo. Ahí sí. Ahí mismo, precisamente en esa estoy yo enganchado, entremezclado, enmarañado, (entangled in chaos), tironeado por igual por la pereza y la furia de querer salir y "hacer saltar el mundo por los aires".

De verdad quisiera tener el poder de destruir toda la cultura en el sentido de "el modo total de vida", de verdad verdadera, porque estoy convencido de que esto que nos damos no es la verdadera vida. Por esto no salgo mucho, por esto me anestesio con series en lugar de con Foucault, porque hay algo que vi y no sé más qué hacer para no formar parte.

Es más que el deseo de no tener jefe ni horario, es más que anticapitalismo, es más que anarquismo, será nihilismo —nihilismo que pretende ser vitalista, ojo—, pero mezclado con impotencia ante esta infinita mar de caca en la que estamos nadando todos juntos y de la que no podemos salir por más que soñemos y recontra soñemos con que hay otra cosa. O con que al menos debería haber otra cosa. En algún lado tiene que estar. Pero no está. No está en ningún lado. No soy libre, Jean-Paul, no mientas. ¿Quién es libre? ¿Quién vive como debería vivirse, quién practica verdaderamente el buen vivir? ¿Humanos?, no te creo.

El metal es un intento de dar una respuesta, o al menos de tapar con ruidos y escalofríos de dopamina, a la sensación de que está todo mal. Sensación que nunca —nunca-nunca, nunca jamás de los jamases— se fue ni se va ni se irá.

Por eso no me gusta Nightwish ni Iron Maiden ni Metallica. Porque no sé de qué la van, pero no tienen nada que ver con lo que cuernos sea el metal.

sábado, 26 de noviembre de 2016

«Más que un "Cabeza caliente" ya soy un "Cerebro incendiado"»; o «De esa gente que te hace "replantearte" no sólo la carrera que cursás sino la vida que llevás»

Ayer escuché en Ciudad Clinämen los audios de las charlas que tuvieron hace un par de semanas en La mar en coche, programa de radio La Tribu, con César González, un cineasta y escritor villero.

Hablaron sobre su película Exomologesis, sobre cómo estudió mientras estuvo preso (leyó «Vigilar y castigar» de Foucault en la cárcel).

Mencionó... (No. No sólo "mencionó". Cuando habla se percibe que se apropió completamente de las ideas de los libros que leyó para aplicarlas en su vida todo el tiempo) Citó [mostró esta influencia de los libros en su vida] a varios autores que sólo conozco de nombre o por haber leído algún capítulo suelto para la facultad, como ser el mismo Foucault, Artaud, Deleuze, Wacquant, Guattari...
Quiero leer como este pibe.
Quiero hacer lo que este flaco hace con los libros. Vive como lee. Lee cómo vivir.
Y yo aquí de tonto leyendo no sé qué porque leo diez libros a la vez y no termino ninguno, sobre pavadas.

Y lo mismo con el cine. Mencionó directores como Robert J. Flaherty, Dziga Vértov, Roberto Rossellini, Jean-Luc Godard. Romanticismo, expresionismo alemán...
Y yo aquí de tonto viendo «Men In Black» o «Terminator» y demás películas pasatistas sean de Spielberg, de Wes Anderson o de Bryan Singer.

Soy abyecto, execrable, mezquino e hipócrita.

domingo, 31 de julio de 2016

La vida empieza en julio

Advertencia
Doy por hecho que el lector de blogs es distinto al de Facebook, por lo que no agrego demasiados vínculos a los temas de los que hablo puesto que considero que i) tengo un poco de sueño; ii) quien lee esto sabe copiar un lema, pongamos por ejemplo "Escuadrón Guillemet", y pegarlo en la barra de Google para buscarlo por su cuenta.
Fin de la advertencia

La meta de escribir en el blog en lugar de en Facebook se ve obstruida por el sencillo pedregullo de no haber agregado a blogger.com como una de las pestañas que se abran automáticamente cada vez que inicio sesión con el Google Chrome, acto que me reconvertiría en un bloguero más que en un "pibe Face" malhumorado y medio huevón.
Un momento por favor...
Hecho. Ahora blogger.com es una de las pestañas de inicio. Qué lindo.
Prosigamos.

El de julio es un mes particular. No este en particular ni el mes de julio en general, o sea, no es que cada año sea julio un mes diferente, sino que quiero decir, si es que quiero decir algo, que este mes de julio de 2016 viene siendo un mes particular entre todos los meses, no sólo entre todos los julios, que no recuerdo tanto cómo establecer una generalidad de los julios que he vivido sino que —¡maldición, ¿por qué no puedo escribir claro?!— este mes que termina hoy o ayer o mañana fue un mes interesante entre otros meses interesantes pero particularmente interesante. HE DICHO.

¿Y por qué resulta este julio de 2016 un mes interesante?
Ah, bien, ahí vamos.
Este mes resulta interesante porque han sucedido varias cosas —obviamente— interesantes, que, todas juntas, pesan bastante, tipooseadigamos: agregan a la interesantez de este mes...
A saber:

1) El proyecto de impresión tipográfica + encuadernación, el Escuadrón Guillemet, que fundamos con mi amiga S. M. hace aproximadamente un año, está creciendo y da sus primeros frutitos.
1) a) Ya julio es el segundo o el tercero de un par de meses en que los ingresos por las ventas de nuestros productos nos permiten pagar el alquiler y las expensas del espacio donde estamos instalados. Un pequeño paso para la Humanidad, sin dudas, pero un gran paso para un nanoemprendimiento como el de marras.
1) b) Producto de nuestro trabajo surgió la invitación del Club Cultural Matienzo a exponer nuestra modesta experiencia en el Proyecto Poroto, cosa que hicimos y cuyas consecuencias empiezan a hacerse palpables, como se ve en el siguiente apartado.
1) c) Alguien vio lo que estábamos haciendo y se le ocurrió invitarnos a la bienal sobre tipografía y diseño gráfico Tipos Latinos de este año, para hacer una pequeña demostración de cómo se siente agarrar un componedor e irle colocando letritas de plomo, estaño y antimonio para formar palabras y oraciones y encima después imprimir con ese texto metálico unos papelitos con una máquina de imprimir minerva de mano. La sensación de haber sido invitados a tamaño "evento" (hasta donde entiendo, llamar "evento" a algo programado es un error, por eso las comillas) es inabarcable.
1) d) Surgen trabajos que no son ya encargos de tíos o amigos, sino de "clientes-clientes", con los temores, responsabilidades y demás dimes y diretes del quehacer profesional.

2) Eso en cuanto al trabajo. En lo que se refiere a los estudios, terminé el primer cuatrimestre promocionando Edición Electrónica y Multimedia de la carrera de Edición que iniciara en 2006, que dejara en 2008 y que retomara en 2013, para descubrir el mismo día en que me entregaran la nota de esta materia que me resta cursar solamente cuatro asignaturas... Onda, este cuatrimestre y el que viene. Mientras, daré los niveles de inglés, seminario, pasantía o tesina y listo... Seré un egresado de una carrera universitaria. Recórcholis.
2) a) Como no me gusta hacerme fácil la vida, en estas semanas de inactividad académica no tuve mejor idea que, en lugar de rendir alguno de los tres exámenes finales que adeudo para avanzar con la carrera de Edición de la que hablaba en 1), hacer realidad el sueño —o pesadilla— de repasar, si no todos, al menos los temas más relevantes (o respecto de los cuales mi ignorancia me resulte deprimente y vergonzante) de todo lo que vi en el nunca bien ponderado colegio secundario al que asistiera en mis años mozos.
Hace años que venía masticando la idea. Incluso tuve pesadillas en las que soñaba que por un error burocrático alguien me informaba de que mi título de bachiller carecía de validez y que por tanto debía rehacer el secundario, y no de otra forma que no fuera volver a ir de lunes a viernes en el mismo horario al mismo edificio al que asistía en su momento, pero yo con treinta y tantos años, mis compañeros de primer año con trece. Esta pesadilla se repitió al menos tres veces desde 2013 para acá. Aterradora. Pero se relaciona estrechamente con la insoportable sensación de no poder comprender cómo cuernos en su momento pude resolver ya no derivadas, sino divisiones con más de tres cifras en el divisor, o problemas de choque elástico con cálculo de incertezas, cómo podía repetir casi como las preposiciones... a ante bajo cabe con contra de desde en entre hacia hasta para por según sin so sobre tras... los años en que fueron asumiendo los distintos presidentes de la Argentina, cómo llegué a comprender las declinaciones del latín, cómo reconocía una PIAdj. al vuelo y era capaz de muchos otros más malabarismos intelectuales y hoy, tantos años después, me encontraba con que mi cerebro había borrado de un plumazo tamaños datos y relaciones imprescindibles para todo hombre de bien. No serán imprescindibles realmente, es un chiste, zopenco, pero he descubierto en mis meditaciones que nada en este mundo lo es. Como bien sentencia mi Padre ante la muerte de algún prócer coetáneo: "Son los imprescindibles los que van poblando los cementerios", o algo por el estilo.
Producto de estas inquietudes (tanto la del olvido casi completo de todo lo que supuestamente había aprendido en el secundario como la de la aprehensión de que la muerte es para todos, y sobre todo la aprehensión de que ¡es para uno!, ¡y dentro de muy poco!), sumadas a la preocupación por acelerar un poco la segunda intentona de mudanza con rumbos meridianos (y la mayor preocupación por evitar que la segunda sea una intentona y en su lugar se convierta en una concreción concreta y re concreta), por eso y muchas cosas más, resolví también en este julio fundar la Escuela Ícaro para la Repatagonización del Mismo, escuela en la cual soy rector, docentes, preceptores, maestranza y, por supuesto, alumno. No es una escuela muy copante, ni siquiera es una escuela con un edificio que se destine a ser escuela únicamente, sino que se limita a los modestos diez metros cuadrados de mi pieza y la mesa del comedor cuando tengo suerte. Pero es una escuela en la que yo pongo el horario y las evaluaciones y de la que nunca voy a graduarme.
Es hija de todas las cosas de las que empecé a preocuparme por primera vez durante mi intentona de vivir en el Sur, sumadas a lo que aprendí en el secundario, sumadas a lo que me gustaría aprender para volver a intentar un cambio, dejar la vida urbana para tomar una vida rural, entre árboles, cielos inmensos, montañas, ríos, píedras, silencios, lunas llenas que me despierten mientras duermo como si me hubieran encendido un farol en la cara, donde "las mañanas y las tardes sean mías", etc.

* * *

El programa de la Escuela Ícaro para la Repatagonización del Mismo lo armé de la siguiente manera:
Descargué el plan de estudios del colegio al que asistí y del cual me gradué, a pesar de lo que vengan a plantearme mis pesadillas. Descargué después los programas de todas las materias y los fui leyendo uno por uno. Elegí cuáles temas me parecen más imprescindibles para organizar las cosas como para armar en el mediano plazo mi refugio anarco-budista-agroecológico-permacultural cope en algún bosque de la Patagonia y cuáles, como decía más arriba, me avergüenza no haber retenido (historia argentina, matemáticas, latín, etc.). Compré unos cuantos cuadernos (aunque ahora estoy encuadernando unas resmas de papel cuadriculado en mi taller para no comprar más cuadernos hechos y así lograr que los que use para el próximo año sean un poco menos descartables que los clásicos Avon universitarios que destiné para este primer ciclo) donde ir tomando notas y resolviendo ejercicios. Compré algunos de los libros que no tenía o que había perdido, siguiendo las bibliografías de cada uno de los programas de las materias que me interesaron especialmente. A eso agregué los temas que me interesa conocer y que no vi en el colegio, como ser taquigrafía, permacultura, anarquismo, impresión tipográfica,.. "Y listo". ¡JA!
El bosque-jo del programa que estoy tratando de seguir por las tardes y fines de semana, entonces, quedó más o menos así:

Castellano y Literatura - Sigo los libros Escribir en español de María Marta García Negroni y Lengua I y Lengua II  de Ofelia Kovacci.
El objetivo de leer cincuenta libros por año se inscribe también en esta materia.
Lo mismo el trabajo de corrección de estilo y el de las desgrabaciones.

Educación Física + Educación para la Salud - Ando en bicicleta cuando puedo, empiezo a pensar en cómo mejorar la alimentación, la semana que viene voy a ir a sacar turnos con el dentista y la oculista... El test de Cooper, por el momento, no creo que pueda aprobarlo, eso sí que no...

Francés - Por el momento, en espera.

Geografía + Territorios (+ Permacultura) - Recorreré en bicicleta los barrios, veré cómo es la onda de los mercados de orgánicos y las organizaciones alternativas que encuentre en la ciudad.

Historia - Según el programa de primer año, lo primero que se ve es historia de la Antigüedad, en segundo, Edad Media y Moderna, en tercero, historia de América, en cuarto y en quinto, historia argentina. Resolví saltar a cuarto año, porque me interesa particularmente mi lugar en la historia de este triángulo deforme de acá al borde del mundo. Después veré si los sumerios vinieron antes de los babilonios o si los Anunnaki nos crearon antes que a los reptilianos o en qué año reinó Carlomagno o Pipino el Grande.
Tal vez pueda hacer un camino inverso, arrancar por Argentina y de ahí ir pasando a América, Colón, Marco Polo, San Agustín, Julio César, Homero y de ahí a los dinosaurios y el Big Bang. Tal vez para 2023 llegue a esos temas.

Informática - Es clave retomar un estudio sistemático de este tema. Quiero aprender armado y reparación de PC, pero todavía no averigüé si hay algún curso gratuito que empiece por estos días y que no me ocupe demasiado tiempo aparte del que ya no sé cómo disponer...
Conseguí, eso sí, unas piezas para "tunear" mi vieja/nueva PC: una memoria de 2 GB y un rígido de 320 GB que quedó de la máquina que ya no anda más. Lo mismo una placa de video de 512 MB. Juntando todo eso podría convertir la computadora que heredé de mi amigo R. E. en algo más hubiera sido gamer en 2009, lo cual sería mucho pero mucho logro para mis conocimientos de hardware.

Inglés - Estoy leyendo, gracias a que conseguí el Kindle el año pasado, una buena proporción de libros en este idioma. Ya en el secundario era una meta leer a Tolkien en inglés. Hoy todavía no lo retomé al Profesor en su idioma, pero sí me di el gusto de leer a Terry Pratchett, a Lovecraft, a Poe, a Philip K. Dick... Sí-se-puede, sí-se-puede...

Latín - El año pasado hice los dos primeros niveles de Lengua y Cultura Griegas en Puán. El latín es LA materia cuyo olvido me atormenta en mayor grado. ¡No puede ser que habiendo repasado mil veces las declinaciones y los circunstanciales y los tiempos verbales y las cajitas del análisis sintáctico no haya podido retener más que Quid in tabula uides?! No voy a aceptarlo nunca. Así que volví a comprar los libros de Marta Royo, que perdí con una novia, y me di a la lectura detenida de sus páginas. Nota: En una de las primeras páginas usa "el mismo" como anafórico. ¡Casi muero de odio paraelortográfico!

Matemática - La otra gran deuda. "La pesada herencia" de creer que esta era una materia que no servía para nada.
Acá me ves, tratando de recordar cómo cuernos se prevé cómo será el dibujo de una función cuadrática con sólo saber los valores de a, b y c en la ecuación (x) = ax² + bx + c
No puede ser que no recuerde qué grupo de números era Q, R, N, Z... Cada vez que pienso en esta materia me enojo con mi infinita (casi tan infinita como dividir por cero, jo jo jo) boludez quinceañera.

Música - Retomé en el verano clases de guitarra con mi mejor amigo, L. L. Por el momento las dejé por no tener a mano una guitarra eléctrica, pero otra de las grandes cosas sucedidas en julio fue el reencuentro con G. G., quien fuera mi profesor de guitarra cuando cursaba yo el secundario, que me ofreció prestarme una viola eléctrica... Cuando se resuelva eso, retomaré el estudio de la música. El objetivo es leer partituras, no sacar canciones de Demigod. Bueno, más o menos, tal vez son las dos cosas...

Plástica - Otra deuda, crisis, caos, destrucción de la mente, fue el abandono del arte que me hizo quien soy y que es el dibujar. Dejé de hacerlo cuando la crisis psiquiátrica de 2011, y todavía no retomé el hábito de garabatear siempre que tenga un rato libre y una superficie medianamente plana cerca. Muy mal. El año pasado o el anterior conseguí el libro de Betty Edwards, Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro y casi lo retomo, pero "por h o por b", lo volví a dejar. Tengo siempre a mano lápiz, Rotring, tintas y papeles, pero no sé por qué no puedo volver a hacer mis garabatos.
Otro tema es la encuadernación, donde estoy poniendo mucho de mi potencial artesanal. Tal vez ese concentrar los ojos y las manos en una tarea que antes traducía en dibujos hoy sea encuadernar. Pero un cuaderno, por lindo que sea, no dice demasiado de cómo me siento o de qué estoy pensando, como sí decían los dibujos que tan prolijamente me encargué de eliminar de la faz de la Tierra en durante la destartalación del marote a la que me sometió la vida.

Permacultura - Ya fuera del plan de estudios del colegio, este tema con el que me puse en contacto por primera vez en El Bolsón es ahora el centro de lo que quiero hacer, de lo que pienso y de lo que quiero aprender. Todo lo demás se subordina a estas ideas ahora. En su momento, mi verdad revelada eran los textos de John Kricfalusi. Hoy, la permacultura es el camino, la verdad y la vida.

Política en general + Anarquismo en particular - Otro de los temas en los que empecé a incursionar en 2008, 2009... Infinito, también teorías sobre las cuales basar la vida, sentido de la misma...
Me interesan particularmente la historia de los sistemas políticos, por qué no hay ningún lado donde se viva en un "sistema" anarquista completo. Cómo organizarse. El fin del capitalismo. Trabajo placentero. Amor libre.
Todo esto lo plantearon tipos hace más o menos doscientos años. Doscientos años y más también. Cuando hablo de anarquismo me dicen "es utopía". Seguramente a los que estaban en contra de la esclavitud en el siglo XIX les decían que eran utopistas.

Impresión tipográfica - El oficio este es infinito e inagotable. Pienso en cómo hacer para imprimir con mejor registro, cómo cortar papel de maneras ingeniosas, hasta cómo cuernos hacer para hacer punzones y fundir mis propios tipos o cómo hacer para imprimir de una buena vez un libro entero con tipos. Todo parte de lo mismo.

Taquigrafía - Es la última, pero me interesa retomar esta técnica que me pasaron mis abuelos en un viejo cuaderno de apuntes tomados en un curso hace décadas. Escribir más rápido para tomar apuntes en la facultad o desgrabar audio. O simplemente por el placer de aprender a hacer algo complicado y que si nadie lo aprende quedará en el olvido... La historia de mi vida.


* * *

Ya ni sé qué quería decir cuando empecé a escribir esto hace unas horas. Sé que para mí algo valioso tiene pasar las horas de un sábado tipeando, mientras otros beberán sus licores, disfrutarán de los placeres de la carne o dormirán el sueño de los justos. Yo tipeo bolubolu...

miércoles, 29 de junio de 2016

Ch… Ch… Ch… Ch… Changes

Bueno, son como las tres de la mañana, casi, y seguir con el "Un día -> un disco" claramente no lleva a ningún lado. Suficiente que estoy tratando de volver a mantener un blog. Como dije en alguna de las publicaciones, voy a tratar de seguir con la sección pero me parece que le voy a crear un blog para ella sola. Ya estoy como en 2006, cuando los blogueros tenían(mos) dos o tres blogs, uno para cada tema que nos interesara, o uno para bocetos y otro para "obras" o uno para chistes y el otro para política. Qué épocas. No seré Tim Berners-Lee, pero voy a hacer que mi(s) blog(s) reluzca(n) como tiempo ha.

martes, 28 de junio de 2016

Si fuera un tipo normal…

Si fuera un tipo normal, ahora que recién llego a mi casa mi señora me preguntaría, mientras le estaría dando de mamar a un bebito medio no deseado pero querido al fin al mismo tiempo que revolvería un guiso de mondongo: [¿Qué fue de la consecutio temporum de la que alardeaba en otros tiempos?]
—Chuick, ¿qué tal tu día, querido?
Y yo respondería, tirando a un costado la campera, aflojándome la corbata y apoltronándome en el sillón para ver alguna noticia sobre la renuncia de Messi o el precio del morrón, que está como $100 el kilo, será de Dios, adónde iremos a parar:
—Mbueh… Igual que siempre, vieja.
Por suerte no, por suerte no... me digo... ¿Por suerte no? ¿Por suerte qué? ¿De qué estoy hablando?
Por suerte llego, dejo la mochila en la pieza, la campera en un ganchito y la que mira la tele es mi hermana, que está viendo alguna noticia sobre la renuncia de Messi o el precio del morrón, que está como $100 el kilo, será de Dios, adónde iremos a parar y le pido que apague la tele o me deje cambiar y me dice:
—Cambiá.
Y cuando entro a Netflix y pongo Los Borgia me dice:
—Ah, no, pensé que no ibas a poner algo así, para eso pongo The Following. Quería tener de fondo la tele, nomás.
Lo saco y le digo:
—Bueno, calate esta…
Y pongo la película Internet's Own Boy, el documental sobre Aaron Swartz. Atino a ver el epígrafe con la cita de Thoreau:
Unjust laws exist;
shall we be content to obey them,
or shall we endeavor to amend them
and obey them until we have succeeded,
or shall we transgress them at once?
Empiezo a sonreírle a la pantalla, porque si tuviera alguien a quien contarle cómo estuvo mi día le contaría que hoy precisamente estuve hablando (entre otras tantas cosas, pues charlamos durante casi dos horas) de Thoreau con una profesora de la facultad.
Y mi hermana me dice:
—¿Una película?, ¡menos!, si ahora a las nueve y media [eran las 20:40] empieza [Educando a] Nina…


En mi mente aparece el viejo y querido emoticon (que no emoji) de los chats y foros que se preciaban:

¬¬

Así que salgo de Netflix, guardo las galletitas Criollitas y el leberwurst que estaba merendado y me vengo a encerrar a mi cuevita, a mi pupa: mi pieza. Prendo la computadora (¡Tengo computadora con Internet en mi pieza, gracias a los dioses del submundo!) y me pongo a revisar el Facebook y el mail y demás huevadas, y me digo:
—Anoche escribí aquello en el blog… Llegó la hora.
Así que acá estoy, escribo esta megabolubolu sin pies ni cabeza.

Si tuviera alguien a quien contarle cómo fue mi día, pues le diría que me desperté a las ocho pero me quedé dando vueltas y me levanté medio tarde, tipo diez, amodorrado, me vestí, no desayuné y salí al frío, me tomé el 55 en Warnes y Gurruchaga y llegué a Puán tipo diez y media, me tomé un capuccino con una bola de fraile rellena de crema pastelera mientras leía una de las entrevistas registradas en el librito Conversaciones ante la máquina, tras lo cual fui a la última clase del cuatrimestre para enterarme de por qué anoche no hubo clase teórica y de que promocioné Edición Electrónica y Multimedia (descubrí al repasar el plan de estudios que me falta cursar cuatro materias y listo) porque el TP grupal que entregué la semana pasada "cagando aceite" nos hizo merecedores de la (alevosa) calificación de un nueve (9). Terminada la clase, que no fue clase sino una charla sobre la cursada, sobre las rencillas y rencores entre los docentes de Edición, me quedé charlando con la profesora sobre el Sur, sobre Thoreau, como decía antes, sobre el sentido de la vida, sin ir más lejos. Salí de Puán rumbo al taller. Me tomé el 26 (El conductor se puso la gorra: desde la esquina de Emilio Mitre y Rivadavia (yo estaba sobre Rivadavia porque me equivoqué al salir y fui para esa avenida) vi que venía y que como el semáforo se puso en rojo la marea automotriz lo detuvo a escasos diez metros después de haber dejado la última parada sobre Mitre, con lo que apuré el paso para acercarme y hacerle señas para que me abriera. Se hizo el que miraba para otro lado, pero yo me di cuenta de que ya me había visto. Después de hacerle más gestos, consintió en abrir la puerta y dejarme subir para decirme «la parada es allá atrás, este no es el último colectivo que va a pasar»… Diez metros después de la parada y con el semáforo impidiéndote pasar te pedí que me abrieras. Hacía frío. Sos una caquita, loco, pensaba. Pero le dije «Perdón, no sé qué decir».). Intenté dejar de lado el mal momento y volví a mi libro, que gracias al Cielo conseguí asiento por el fondo, ajeno a todo reclamo de embarazada, madre con niño o vieja cara de nalga. El libro este de las Conversaciones ante la máquina «se deja leer». Son charlas que se dieron en el programa La mar en coche de la radio La Tribu entre 2012 y 2015, más o menos. Sobre todos los temas importantes de estos años. Neoliberalismo, militarización de Rosario, el paco, Martínez Estrada, los 43 de Ayotzinapa, el final del kirchnerismo, etc., etc., etc. Todos los textos hablan sobre la cuestión que me atormenta y me preocupa desde hace unos cuantos años: la pregunta acerca de cuál es «la manera de vivir». (No sé si todos los textos, pero recuerdo que cada cuatro o cinco páginas subrayo "modo de vida", "manera de vivir", "manera de existir" o algo por el estilo)… Llegué al taller tipo dos de la tarde, encendí la computadora, puse en el iTunes todos los discos de estudio de Morbid Angel y me di a la tarea de encuadernar hasta las siete y media, ocho, momentos en que empecé a cometer errores de cálculo y corté unos papeles vinílicos con un ancho de casi diez centímetros más chico de lo que necesitaba. Lavé el pincel y el rodillo. Apagué la computadora, saqué el libro de la mochila y cerré. Me tomé el 24, conseguí mágicamente asiento y me vine leyendo otra entrevista, hasta que me di cuenta de que me pasé, aunque sólo me bajé una cuadra más lejos de lo que esperaba, porque el 24 tiene parada en Scalabrini y Murillo y apenas dobla para de nuevo, en Malabia y Warnes. Ahí entré al departamentito de Acevedo y Murillo donde vivo con mis padres y mi hermana, agarré un poco de leberwurst que quedaba en la heladera y unas Criollitas y entré a mandarme untaditas mientras le preguntaba si podía sacar el noticiero de Telefé.

Fin.

domingo, 26 de junio de 2016

Éxodos

A partir de 2002 o 2003, empecé a entrar al foro de la Asociación Tolkien Argentina y me hice «forero». El foro cerró en 2009, creo. Había dejado de participar unos cuantos años antes gracias a que:
En 2006 entré a blogger y me hice «bloguero» y me enamoré de compartir mis dibujos y escritos con otros. La cosa duró hasta 2008 o 2009, cuando me fui al Sur.
En el Sur dejé de lado tanta internet, y sólo me quedó la cuenta de Hotmail, que abrí ya no recuerdo cuándo.
En 2012, después de la accidentada vuelta a la contaminada ciudad, me abrieron una cuenta de Facebook, casi contra mi voluntad, y me fui convirtiendo en un «pibe Face», aunque siempre tratando de ser (medio) diferente a lo que se espera de un publicador serial de bolubolu en Facebook. Hoy vi un comentario viejo de Oscar Grillo en un blog de Blogspot que decía algo así como
Facebook es un pozo ciego lleno de gente desesperada a los que la vida se le pianta de los dedos. Cada vez que lo abro me da ictericia. Una inmundicia. Aun asi yo tambien seguire colgando algun dibujo que otro, pero con varonil asco y aplomo.
Como mi más sincero sentimiento es muy parecido al de Oscar, pues me digo «ha llegado la hora de tomar el toro por las astas, de enfrentar la vida en sus términos, por ásperos que se presenten; de manera que no queda más por hacer que dejar de perder tiempo con Facebook y empezar a… perderlo, ja, pero de una manera "más racional", así que voy a volver a publicar cosas en mi viejo y querido blog —que es lo único que sé usar y me resisto a usar cosas en las que no puedo tocar el código— y "el que quiera leer, que lea": nada de aparecer en el "Inicio" de otro, en medio de GIFs de gatitos o pseudodiscusiones pseudopolíticas, "eventos" o boludeces varias; que si alguien quiere leerme, pues que busque mi blog. Diversificar.».

El blog tenía algo mucho mejor que la gran red de Mark: leías a quien querías leer. Y está hecho para escribir. Basta de vueltas. Me voy a publicar cosas más piolas.

martes, 7 de junio de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo XI - Trilogía Matrix

Hace dos meses que no publico nada en "Un día un disco" ni en el blog en general. Es difícil la vida. Así el blog no va a ningún lado. Si sigo lloriqueando que nadie les da bola a los blogs es que yo mismo soy parte del problema.
A los bifes...

Bueno, tengo que confesar algo (más): No había visto nunca las dos secuelas de Matrix.
Voy a ser breve. Al menos voy a intentar ser breve.
El fin de semana pasado me encontré con unas horas libres el viernes por la tarde, así que me dije: "A ver si están en Netflix...". Y estaban. Así que las vi. Incluso empecé por la primera y entre las noches del viernes y el sábado vi las tres películas.
No puedo ser esta vez tan diplomático en mis expresiones como los tengo acostumbrados por mis otras publicaciones, oh fieles lectores. "Sepan disculpar las molestias ocasionadas". "Las siguientes palabras pueden afectar la sensibilidad de personas impresionables":

Me parecieron una bosta, un embole, un choreo, una triste intentona de simular una especie de "live action" de Dragon Ball con CGI que "envejeció" muy mal (envejeció a los quince minutos de estrenar la película: el traje de Neo cuando lucha contra el agente Smith multiplicado se mueve mal, sencillamente, ahora y en 2003). Los personajes como el Merovingio, el Arquitecto, el Cerrajero, los Gemelos, la Pitonisa, etc., etc., con esos monólogos que supuestamente explican las cosas, en realidad no hacen más que retorcer algo que era casi completamente perfecto en la primera...
¿Cómo? ¿Que llegué a decir lo mismo que se dijo de estas películas hace más de diez años? Bueno, loco, no sé qué decirte, tenés razón, perdoná.

sábado, 19 de marzo de 2016

¿Metal para todos y todas y todes? No, metal para nadie más que para mí; o, De la metalureidad

Dice una nota que encontré por ahí:
Ni al aprobar la última materia del CBC, ni al entrar por primera vez en el edificio sito en Puán 480, ni al acceder al flamante campus virtual que, entre otras cosas, permite la inscripción online. No. Sucede en el momento exacto en que se experimenta la asociación, la relación de igualdad entre “ostranenie” (vocablo enigmático y pegajoso) y la palabra “extrañamiento”. Recién ahí se tiene la revelación: el novato acaba de ingresar en la carrera de Letras. Recién ahí se empieza a manifestar, según cada quién, una novedosa predisposición, otra perspectiva, una apertura o una flamante enfermedad. Ese es el génesis, el viaje de ida, el comienzo de todo: el extrañamiento o la idea de que lo que vuelve literaria a la literatura es, básicamente, su poder de descolocar, sorprender, volver extraño —con una palabra, una atmósfera o una comparación— lo cotidiano.
Quoth Wikipedia (en la entrada sobre la literatura):
A comienzos del siglo XX, el formalismo ruso se interesa por el fenómeno literario, e indaga sobre los rasgos que definen y caracterizan dichos textos literarios, es decir, sobre la literaturidad de la obra.
Las wikipedias del futuro dirán:
A comienzos del siglo XXI el fernandojoseladislaísmo protopatagónico se intelectualoideíza y se interesa por describir con palabras el fenómeno musical del heavy metal y sus derivados, al que empezó a estudiar informalmente desde finales de la década de 1990 sin producir en esas épocas más que la propia experiencia íntima del escuchar estos ritmos en su walkman o reproductor de mp3. No obstante haber llegado unos sesenta años tarde a «la movida» y no haber asistido a más que a un puñado de recitales del género, lo que nos lega esta pantomima de una corriente de pseudopensamiento es un concepto, claramente afanado de los rusos, para referirse a esos escalofríos y esa sensación de que es imperiosa la destrucción del Universo que produce esta música repugnante: el concepto de metalureidad. Dijo alguna vez su fundador: «Lo que define al metal es un poco complicado de poner en palabras. Sería algo así, grosso modo: Si no hace llorar a los niños, si no hace que tus padres se pregunten en qué se equivocaron al criarte, si no hace que tu abuela se enoje, entonces no es metal [o sea, “si no hace esas cosas, pues carece de metalureidad”]».

martes, 8 de marzo de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo X - Harry el sucio; o, Todavía no vi las de Tarkovsky que me estuve bajando

Siguen pasando los días y sigo sin ver La infancia de Iván, que la tengo en el pen drive, con subtítulos sincronizados y todo, esperando para que la mire en el archi mega súper Smart TV de mi El Padre.
Vi anoche Harry el sucio, con Clint Eastwood, de 1971. Es una de las fundadoras de las típicas películas de acción de esta época. Pienso en Duro de matar o en Arma mortal, por el tipo de policía rebelde, atrevido, que siente que la ley no es justa y sale a hacer su propia justicia. (Aunque no son propiamente de esta época sino de hace casi veinte años, estas…)
Es tan yankee esa idea del que es más justo que la justicia, tan hollywoodense. No sé qué hago mirando estas películas.
Sí sé: Porque me la paso mirando Netflix, y en Netflix no está Tarkovsky ni hay «cine de autor». Ni demasiado del mejor cine yankee. 2001: Odisea del espacio no está. El padrino no está. Hay como un filtro en el que no encaja lo «(que a mí me parece) realmente bueno» en Netflix. Siguen siendo mejores los torrents, para encontrar cosas más «raras».

Grandes reflexiones, las de hoy, ¿eh?…
Sepan disculpar. «Todo no se puede».

Frases célebres apócrifas IV

«Tipo que tras largas me-di-taciones me-di-cuenta 
de que los murciégalos son los ángeles de las ratas muertas.»
Carlos Saúl Darwin

jueves, 3 de marzo de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo IX - «Heat» + Por qué no soy kirchnerista

Esta vez vengo más reflexivo, más sincero, más preocupado por la verdad verdadera… Bueno, tal vez no. Pero vengo más «alta la vara» que al hablar de Deadpool, eso sin dudas.
La idea de tener un blog siempre estuvo relacionada con la de escribir (¿en serio?), con la idea de jugar a «ser escritor», quiero decir. Hace unos días me burlaba de un libro (Es mi tipo, de Simon Garfield, un libro sobre tipografía que me regalaron para Navidad en ocasión de mi dedicación actual, la de montar un taller de impresión tipográfica) diciendo que estaba redactado de un modo muy «periodístico». «Periodístico», dije, porque es un libro escrito de manera muy superficial, lleno de capítulos muy breves que se limitan a contar anécdotas y que reproducen opiniones muy marcadas de distintos «referentes» del mundillo del diseño gráfico con el fin de despertar una controversia o de que uno tome partido frente a tal o cual familia tipográfica. En general, está redactado con un nivel pasable, leíble pero «literariamente» flojo. Muy introductorio.
Pero mi manera de escribir para el blog («pero» si es que mi manera de escribir el blog tenía alguna pretensión literaria y si hay algo negativo en la escritura periodística en sí, si hay algo «inferior» en el periodismo si se lo enfrenta a lo «alto» de la literatura…), ¿acaso no se podría encuadrar precisamente en esa categoría de «periodístico por lo flojo que considero al texto periodístico en general» que le achaqué al libro? Siempre escribo breve, sin muchas pretensiones más que las de entretenerme yo mismo (vamos, que, si realmente alguien aparte de mí lee esto, no he tenido ni una repercusión real), me aferro a los efectos que producen las anécdotas, aprovecho los modestísimos dos o tres recursos que «me caracterizan» y que a mí me causan gracia, pero que al hipotético lector deben aburrir o confundir, etc.
Volviendo a la definición de «periodístico». «¡Vamos, no es peyorativo, es la verdad!», pienso. Y es que en mi experiencia suele ser así. El texto periodístico da una breve información sobre algo que se desarrolla más profusamente en un libro, en una película o en un disco, ¿o no? Parto de pensar en las revistas y periódicos que leo ahora, a saber: el periódico MU, Crisis, la NAN. En esos textos siempre uno queda tentado de seguir profundizando mediante la lectura de libros que apenas se mencionan o se resumen en las notas, o se entera de algo gracias a lo cual se arma una idea superficial o introductoria, pero que, o no despierta más interés en uno o, el tiempo es finito y leer cuesta además dinero, uno no puede seguir informándose sobre todos los temas de los que escucha o lee algo.
En conclusión, un texto periodístico es introductorio por MI definición. Eso no le quita mérito ni calidad.

Bueno, no era sobre eso sobre lo que quería escribir en primera instancia. (¡Ja!)
El tema N.º 1) vendría siendo la película Heat, también llamada Fuego contra fuego, de Michael Mann.
Me encontré el miércoles 2 de marzo, o sea, ayer, por primera vez en mi taller con mi amigo de Edición, L. L., y entre mates y alfajores nos ametrallamos con referencias a libros, a discos y a películas, como suele suceder cuando nos juntamos. Me recomendó esta de acción, de Al Pacino y Robert De Niro (más confundibles que nunca, que no puedo retener nunca cuál es cuál: el Taxi Driver es Pacino, el de el Padrino es De Niro; ah, no, perate, es al revés… ¡Demonios! ¡Y encima están juntos! Casi se autodevora mi corteza cerebral intentando retener cuál era el "bueno" y cuál el "malo".). Es buena. Puro ritmo, pero bien de Hollywood, que ganan los buenos y pierden los malos, y «el crimen no paga».
El tema N.º 2) se desprende de mi reflexlión ante este mirar películas tan «del sistema»: Hace meses que me empecé a bajar películas de Tarkovsky y, obvio, todavía no las vi.
Hoy el tema empezó a resonar cuando me compré el nuevo número del periódico MU y me encontré con una entrevista a un director de cine argentino independiente (Mariano Llinás) que, a pesar de lo pretencioso y rayano con lo snob de su discurso, me resuena, porque habla de la preocupación por la parte artística de las cosas. Y, tengo que reconocerlo, aunque trate de ocultarla entre tanto «arte» de la «industria cultural» que vengo consumiendo, mi preocupación por la parte más artística de las cosas late ahí abajo de todo.
Y aparte me resonó porque dice exactamente lo que me pasó con el kirchnerismo.
Cito (página 18 del vínculo):
Alguna vez te definiste como una persona de izquierda. ¿Qué significa eso hoy?
En uno de sus films de ensayo, Chris Marker sentencia que ama los gatos porque nunca están del lado del poder. Es una idea reveladora, y yo creo con firmeza que ser de izquierda es eso: una postura del espíritu que nos hace temerle al poder de cualquier tipo y tenerle antipatía. Aunque suene extemporáneo, creo que el poder y el dinero son necesariamente malvados, y que la vida es mejor teniendo a bastante distancia a esos malos espíritus. En ese sentido, hay que decir que los años kirchneristas fueron muy difíciles para las personas de izquierda. Muchos con los cuales uno creía compartir pensamientos y percepciones comenzaron a aceptar como válido un discurso permisivo con el poder, con argumentos del tipo «Hay que tener poder para cambiar las cosas», o «el enemigo es tan grande que uno debe tomar partido y perdonar ciertas cuestiones» que, según creo, deberían resultar inadmisibles para cualquier persona con un mínimo de espíritu libertario. Creo firmemente que los cambios no se hacen desde el poder, sino que se gestan al margen del poder y desde allí ejercen una presión más o menos exitosa, más o menos inmediata, más o menos manifiesta. Los cambios se hacen a pesar del poder, desde la fuerza insurrecta de los pensamientos marginales. En ese sentido, ver a tantas personas que uno consideraba aliadas declararle su amor al Presidente, y entregarse ciegamente al fervor de la barbarie enérgica y de la propaganda, y ser [nosotros] acusados de neoliberales y oligarcas por no sumarnos a la fiesta no fue, hay que decirlo, la mejor de las experiencias.
Yo sé que perdí al menos un amigo precisamente por esto que no me banco de hacerse un adorador de líderes y sé que cada vez que prendo la radio o leo un diario o abro el maldito Facebook y veo tanto del «yo no lo voté (a Macri)» o «esto pasa por votar con el orto» (dando por sentado que con Scioli —¡Scioli, el que ascendió con Menem, el aparato ese, el pechofrío ese, con él!— todo iba a ser verdadera felicidad) me siento solo, muy solo, porque, como dice ahí, los que se podían sentir «del palo» junto a uno ahora están escribiendo «¡Volveremos!».

Al final no me salió tan largo.
Pero me hace sufrir mucho todo esto.

lunes, 29 de febrero de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo VIII - Súper-cultivándome; o, Vi «Deadpool»

— Advertencia —
Antes de empezar, aclaro que, como pseudo-hipster que soy, no vi la entrega de los premios Oscar anoche. Ni sé quiénes son los premiados, salvo que DiCaprio por fin obtuvo el codiciado galardón, porque abrí el Facebook y vi la foto de Eameo al respecto.
— Fin de la advertencia —

Batiendo… ¡palmas! No. Batiendo mis records, hoy fui al cine por segunda vez en lo que va de 2016, con lo que pasé de asistir al cinematógrafo una vez cada dos años a hacerlo dos veces por mes (no una, no: ¡dos veces por mes! ¡qué al palo que vivo, dioses!). También me invitaron. Esta vez, mi compañera de aventura tipográfica, «mi amiga de los foros de internet», S. M.
Iba a escribir todo un bodoque sobre el contexto, minuciosamente detallando el (gran) día de hoy, con mi levantarme temprano, diseñar con la computadora unas cosas para el taller de impresión tipográfica que estamos armando con S. M., ir a la psicóloga para una charla tranquila, ir en efecto al taller y seguir con los diseños pero a mano y recibir visitas de dos de los otros «submonders», en una de las cuales recibí en concepto de préstamo el libro Algo más de Marcelo Cohen (un intercambio de rehenes, se diría: al que me lo prestó le di Plop de Rafael Pinedo; con lo que me aseguro que, si alguno de los dos no cumple con la devolución, el uno puede resarcirse conservando el libro del otro. Lo que se llama propiamente «una prenda».)
La película, sí.
Vimos Deadpool.
Empieza in media res (en medio de la acción).
Asunto: la venganza.
Tema: el rencor de Deadpool hacia su creador.
Contexto: Transcurre en el "universo" Marvel, con contactos con los X-Men.
Argumento: Un mercenario estaba pasando su mejor momento, a punto de casarse con La Chica, cuando se enferma de cáncer terminal. Apenas se entera de que está enfermo, recibe una propuesta de una organización oscura que le promete curarlo, y no sólo curarlo, sino dotarlo de poderes superiores a los de cualquier mortal… pero «nada es gratis»: lo curarán y «empoderarán» (jo jo jo; me río porque estoy usando a propósito mal la palabra "empoderar"; [«(pun intended)», se diría]) a cambio de algo, por supuesto: a cambio de su libertad (y de su relación con La Chica), se entera cuando ya está «jugado». La cura implica mucho sufrimiento, y el efecto secundario del tratamiento es que queda desfigurado como si lo hubieran bañado con ácido (ácido hirviente mezclado con caca de diarrea). Pero puede recibir tiros, cortes con espadas, incluso va a perder una mano y regenerarla gracias al tratamiento, que, «dicho sea de paso», despertó sus genes mutantes. El tipo se toma muy a pecho haber quedado desfigurado. Así que se dedica a «stalkear» a su novia durante dos años y al mismo tiempo se dedica a buscar al tipo que lo convirtió en lo que es para que le devuelva su aspecto, porque éste le dijo que podría devolverle su apariencia original pero que no lo hacía porque le caía mal, básicamente.
Durante esos dos años, va matando a todos los que conocen al científico maloso, hasta que da con él. Le cuesta un montón, pero consigue derrotarlo y recuperar el amor de La Chica.
Fin.

Uno de los afiches de la película.

El argumento es de lo más simplón, pero está llevado con mucho ritmo, y, fiel a las historietas, el personaje no para de hacer chistes y morisquetas.
Anoto al margen que me sorprendió el alto nivel de erotismo que se despliega. La Chica es prostituta. Hay un desnudo frontal de ella, uno del Deadpool cuando lo crean en el que se le ve el pitulín, se ven muchos pechos y demás en un bar de strippers en el que trabaja Stan Lee, hay muchos chistes sobre masturbación y sexo, etc.

—Mi calificación—
☠ ☠ ☠ – –
O sea, 3 (tres) cráneos candentes.
Le pongo esta nota porque me hizo reír mucho. Pero MUCHO. Ay, pero estaría para dos, tal vez. Pero me hizo reír MUCHO. Cumple con lo que prometen los afiches y el trailer. Y fue un buen día… Y comí pochoclo salado hasta no poder más… Tres están bien, dejémonos de joder.

—Notas de color—
Cuando llegamos al cine, el Hoyts del Abasto, le dije a mi amiga: «Siempre que vengo al cine acá, cuando salgo está lloviendo». Y, dicho y hecho, que salimos y ella estaba con el celular, distraída, llegamos a la puerta y le digo: «mirá para afuera… llueve».

Una de las portadas de la primera miniserie en la que el personaje empieza a desarrollarse, de 1993.

jueves, 18 de febrero de 2016

La biblia satánica

Hace rato que vengo buscando mitos, ideas y filosofías que orienten un poco la manera de vivir de uno. Me escapé del catolicismo desde chico y me encontré con el agnosticismo, el ateísmo, de ahí pasé a la permacultura, los mitos griegos, el ningunismo, el budismo, el anarquismo, el trascendentalismo de Thoreau... No me casé con ninguna religión o ideología por completo, por el momento. Me limito a tomar de ellas lo que me conviene o me gusta en el momento en que las conozco. Una suerte de promiscuidad espiritual; nada muy revolucionario en esta época de adolescencia interminable.
Tal vez funde formalmente el fernandojoseladislaísmo, de una vez.

Hace rato que tenía una vaga, vaguísima, idea de qué era el satanismo por lo que me llegaba de rebote con las tapas y las letras de los discos de heavy metal que escucho desde hace años. Pero la verdad es que apenas conocía el emblema de Baphomet (el pentagrama con la cara del macho cabrío; ver imagen) y temas que hablan sobre misas negras, cruces invertidas, etc.

Como me parecía que tendría que profundizar un poco sobre el tema, y dispongo de un kindle, pues busqué un poco en Wikipedia sobre Anton Szandor LaVey, estadounidense fundador de la Iglesia Satánica, bajé su obra magna, La biblia satánica, y la leí. Por el momento, me parece muy simpática. Propone una religión que se basa en el egoísmo, en respuesta a la hipocresía de las religiones altruistas. Por ejemplo, invierte la "regla de oro" de "Trata a los demás como quisieras que te trataran a ti" por "Trata a los demás como ellos te traten a ti". Sugiere que cada uno arme su propia religión, y que, si uno se sincera, se da cuenta de que eso es realmente lo que uno tiende a hacer. Etc.

En la edición que tengo, después de la biblia en sí vienen unos textos varios publicados por el autor antes y después de la publicación de la biblia. Uno que me pareció particularmente entretenido fue este (tomado de este enlace):

THE WORLD’S MOST POWERFUL RELIGION
by Anton Szandor LaVey
(Originally appeared in The Cloven Hoof, Issue #127, Year XXXI A.S.)

Religion is the most important thing in a person’s life. If electric trains are the most pervasive thing in one’s life, that is his religion. Anything can be a religion if it means a lot. If your present religion isn’t the most important thing in your life, then skip it. Find whatever impels you most and make that your religion.

Religions are easy to invent. Most traditional religions have little or nothing to do with reality, are dependent on obfuscation, interpretation, guilt, and unreasoning faith—some more than others. Since Satanism is essentially a religion of the self, it holds that the individual and his personal needs comes first. If that means playing with trains or spike-heeled shoes or singing in the bathtub, those are its sacraments and devotions. Taking inventory of old comic books is counting beads on a rosary, each book being a station of the cross.

Before I codified Satanism, thus enabling me to integrate everything of a personal meaning into a suitable forum, I first considered the religion of Dogism. The belief system made sense, but was too limiting. Dogism holds that if you can’t eat it, and you can’t fuck it; piss on it. Much as I respect dogs and their gods, I could relate more to Catism, the principle religion of cats. The Five Commandments of Catism are:

(1) Don’t run, if you can walk.
(2) Don’t walk, if you can stand.
(3) Don’t stand, if you can sit.
(4) Don’t sit, if you can lie down, and
(5) Don’t stay awake, if you can take a nap.

Catism counsels: “He who sleeps the day away / lives to sleep another day,” or, “Respect the friend who brings your food, for he has been your choice / Or go and catch it for yourself, and have a louder voice,” and other such homilies.

lunes, 8 de febrero de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo VII - Cine sobre la infancia

—Contexto—
Hablando con conocidos sobre la idea de ver The Revenant, me puse a recordar películas que me gustaron mucho y me encontré con que unas de las que más «me pueden» son las que tratan sobre la infancia. [Todavía no vi Boyhood.]
Cuando era chico empecé a verlas y ayer recordaba que son las que, de las que me gustan, que suelen estar bien desordenadas, estas entran claramente en un grupo y las adoro sin mucho criterio más que ese: pintan a los niños de una manera que a mí me gusta, nada más.

Empezamos a armar una lista, completamente desordenada(, como a mí me gusta):

- Motorama
- Little Man Tate
- Empire of the Sun
- Stand by Me
- El espinazo del diablo
- La infancia de Iván

Quiero poner Tideland de Terry Gilliam, porque adoro a Terry Gilliam, pero no sé. No es tal cual. Quizá porque el personaje principal, a pesar de que está en la infancia es niña, o porque me molestan otras cosas de la película. No sé.

¡Saludos, nada más y hasta la próxima, amiguitos!

Agrego:

- Moonrise Kingdom

YO OPINO - Cinematógrafo VI - «The Revenant»

—Contexto—
Después de literalmente años de no entrar a una sala de cine (la última vez fue en 2012, ahora que lo pienso; y fue en el mismo complejo y con la misma compañía, cuando fui a ver la primera de El hobbit: y sí, El hobbit es una película como para, después de verla, decidir no ir al cine durante años, realmente…).
Originalmente iban a ir El Padre y La Madre, pero ésta, al enterarse de la película en cuestión, rehusó participar. Así que de rebote ligué una entrada para el cine y una salida con mi viejo.

—La película—
Un colono inglés en el oeste de Estados Unidos, Glass, padre viudo de un adolescente mestizo, consigue escapar, con éste y un puñado de compañeros con los que estaba cazando para obtener pieles, de un "malón".
Se va complicando la cosa porque entre nueve no pueden llevar las pieles que habían juntado entre más de cuarenta, y que la culpa de que nos atacaran es de Glass y de su hijo indio, etc.
Al tal Glass lo agarra un oso y casi lo mata a zarpazos y mordiscones. Queda postrado y el grupo tiene que esforzarse para llevarlo en una camilla improvisada. Aumentan las broncas, porque nos vamos a morir todos por culpa de él, pero es el único que conoce el camino (?).
Deciden parar y separarse. Quedan al cuidado del herido los siguientes personajes, a saber: su hijo medio indio, otro muchacho, muy inexperto e ingenuo, y, obviamente, el culeado que más bronca le tenía (y que acepta quedarse con el moribundo a cambio de una recompensa en metálico), cosa de que el resto del grupo no se muera por cuidar a uno solo pero tampoco vamos a irnos abandonando al herido, que tan grosso era.
El malo quiere dejarlo morir y seguir viaje y cobrar su recompensa. El hijo medio indio se opone, lo mismo el muchacho cándido. Pero el malo es más pulenta que estos dos giles. Consigue irse y dejarlo a Glass para que muera en una tumba improvisada.
Pero Grass no se muere. Y quiere vengarse. Y como salió de la tumba la película se llama "El renacido".

—Mi parecer—
Tengo miedo de los directores españoles/mexicanos:
- Ya me despaché hace unos meses con Javier Fesser y la desilusión que me dio encontrarme con Camino después de ver El milagro de P. Tinto.
- Guillermo del Toro arrancó con la hermosa El espinazo del diablo, para edulcorar la onda "lo fantástico en España" ("hollywoodizarla", "pochoclerizarla") en El laberinto de fauno, y no contento con eso destrozó al Hellboy, y bueno, hizo el insulto Pacific Rim y ¡el guión de El hobbit: la batalla de los cinco ejércitos! «Gracias, pero no, gracias».
- Alfonso Cuarón me emboló con su anti-ciencia-ficción en Gravity, y eso que adoré Great Expectations y Children of Men.
Y así.

Este Iñárritu hizo Babel, Amores perros, 21 gramos… "éxitos de taquilla" que no me interesaron ni en su momento ni ahora. ¡Y la densa y pretenciosísimísima Birdman!, no nos olvidemos.
Por suerte no fue tan dolorosa la experiencia. Más bien, al contrario. Desde el primer momento la forma en que se ven y se escuchan las cosas que pasan te atrapan. Es rico experimentarlas.
No pude parar de pensar en el Sur, enfrascado en los paisajes de montañas, ríos, árboles (que los que yo conozco son poco parecidos a los que se ven, pero qué tanto). Árboles por todos lados, ríos de agua helada, la nieve. Y la luna. La luna entre las montañas, la luna entre los árboles, la luna entre las nubes. El color del cielo.
¿Qué hago en Buenos Aires?

—Mi calificación—
☠ ☠ ☠ – –
(3 (tres) cráneos candentes, más, de yapa, una tibia (y unas garras de oso).
[Esto sobre una calificación máxima de cinco cráneos, calificación que me reservo para películas como Solaris de Tarkovski o Metrópolis de Fritz Lang, ¿queda claro? No se regala la nota.])

viernes, 5 de febrero de 2016

lunes, 1 de febrero de 2016

Frases célebres apócrifas II

«Ciencia ficción en Argentina en el siglo XXI no es pensar en naves oxidadas arregladas a los ponchazos que nos llevan a terraformar planetas peronistas. Es encontrar qué hizo la ciencia ficción con la mente de la gente que la leyó cuando surgió y ver qué podemos producir hoy que haga volar la imaginación del que lea por los puntos de contacto con la realidad mezclados con las extrapolaciones imposibles pero factibles a partir de lo que hoy vivimos.» 
Felipe Joseph Granjero,
incomprendido filósofo de la (mal llamada) ciencia ficción argenta.

domingo, 31 de enero de 2016

El metal II - Gracias a los logos

Nunca me había pasado (creo que nunca me había pasado; al menos no recuerdo que me haya pasado: siempre —en mi primera etapa metalera, digamos, desde los catorce años hasta los veinte más o menos— escuché bandas nuevas por recomendaciones de amigos o por revistas sobre música), pero hace un par de meses empecé a escuchar un par de bandas sencillamente por su logotipo.
No por su género, ni por los nombres de sus discos o sus artes de tapa, sólo por el dibujo que (de)forma su nombre, que a primera vista no permite ni leer qué quiere decir.
Esto pasó porque tuve la genial idea de hacerme remeras con logos de bandas en lugar de comprarlas. Porque así hacemos las cosas. O complicadas o no se hacen.

En la búsqueda me encontré con esta entrevista al diseñador de logos Christophe Szpajdel, que hizo el de Emperor, para empezar…


Le preguntan por los logos que diseñó, por cómo es el proceso de crearlos, etc. Y en un momento le preguntan qué logos le hubiera gustado diseñar: Dragged into Sunlight, dice.
Y ahí conocí por primera vez una banda sólo por su logo. Este:


Y me gustó la banda. El primer tema del primer LP que sacaron tiene un audio con la voz de Charles Manson [por el momento, en todos los discos que sacaron, esta banda recurre a poner audios de asesinos seriales, nada demasiado nuevo, como remarcan varias reseñas sobre sus discos, pero para uno, que conoce asesinos seriales ficticios por Criminal Minds, El silencio de los inocentes, Dexter y tal, encontrarse con tipos ¡de verdad! hablando sobre lo que hicieron y lo que pensaban es estremecedor] tomado de no sé qué grabación de lo que dijera. Y así, sacado de contexto, me parece bastante lúcido lo que dice, qué querés que le haga:

They are sneaking in the county jail
Looking under the door to see if the man is there
Sneaking like little children out of town
Sneaking
Sneaking all around the courthouse
Sneaking in and out of the ventilators
Sneaking everywhere
Everything is sneaky up around Sneaky Ville
Everything we have to do to get to the truth has to be sneaky
It seems a shame to sneak to get to the truth
To make the truth such an evil dirty old nasty thing
You got to sneak to get to the truth
The truth is condemned
The truth is in the gas chamber
The truth has been in your stockyards
Your slaughterhouses
The truth has been in your reservations
Building your railroads
Emptying your garbage
The truth is in your ghettos
In your jails
In your young love
Not in your courts, or your congress, or the old sit judge man on the young
What the hell do the old know about the young?
They put a picture of Old George on the dollar and tell you that he is your father, worship him
Look at the madness that goes on, you can’t prove anything that happened yesterday
Now, the only thing that’s real
You can try to prove that Columbus sail on an ocean
But it’s not the same ocean, it’s a different ocean, it’s a different world
Everyday
Every reality
Is a new reality
Every new reality is a new horizon
A brand new experience of living
I got a note last night from a friend of mine
He rise in his note of what he might have to do in order to save his reality
As I save mine
You can’t prove anything!
There is nothing to prove!
Every man judges himself
He knows what he is
You know what you are
As I know what I am
We all know what we are
Nobody can stand in judgment
They can play like they are standing in judgment
Then take you off and control the masses
With your human body
And they can lock you up in the penitentiaries, and cages, and put you on crosses like they did in the past
But it doesn’t amount to anything
What they’re doing is, they’re only persecuting a reflection of themselves
They’re persecuting what they can’t stand to look at in themselves
The truth
The cant stand to look at the truth in themselves
They persecute themselves
They are butchering themselves every time they go on the freeway
They hate themselves
Look at the signs, “Stop”, “Go”, “Turn here”, “Turn there”, “You cant do this”, “You cant do that”, “You cant, you cant, you cant”, “This is illegal”, “That’s illegal”, “Everything’s illegal”
The priest used to watch over the people
Now they are watching the people
The president does not represent the people, he should be on the roadside picking up his children, but he isn’t
He is in the white house, sending them off to war
And you’re saying I have to pay for this again?
And again and again I’ve got to pay for your sins
How many times have I got to pay for your sins?
I’m getting tired
I’m getting tired

The people you call my family were people that you didn’t want
Children that were along side the road that their parents had kicked out
So I took ‘em to my garbage dump and fed ‘em and taught ‘em that in love there is no wrong
Everything they’ve done they’ve done for the love of brother

Qué querés que te diga, decía; no hay una conclusión muy clara para este post poco claro, que no sé si habla de Manson o de los logos, al final: para mí el metal es eso: asusta a las viejas, hace llorar a los niños, molesta a los hermanos y vecinos; si no, no es metal.

Otro logo que me pareció muy bueno por lo claro que se lee el nombre sin perder la forma simétrica y de pinches típica, aparte de las gotas de sangre, es el de Whore of Bethlehem:


Besis.

domingo, 24 de enero de 2016

El metal I - Soledad melómana

Hace unos días leí en el muro de Facebook de un amigo un comentario de un sabio filósofo y poeta en el que llamaba «DEVIL MENTAL» (así, todo en mayúsculas) al heavy metal. Seguramente se creía muy pillo por haber inventado un juego de palabras tan elaborado, tan incisivo.

Consiguió hacerme pensar un poco sobre el metal, eso sí. Es la música que escucho desde los trece años, si mal no calculo, cuando entré al colegio secundario en 1997. «La que me define», se diría.

Desde que a mediados de 2015 empecé a pasar la mayor parte del día solo en el taller [de encuadernación e impresión (Escuadrón Guillemet)], acompañado por mi viejo celular con su memoria SD de 2 GB llena de mp3, estoy escuchando más metal que nunca, que empecé desde 2012/2013, después de la internación, a «sacarle el jugo» a la computadora para orientar las búsquedas de música gracias a Metal Archives.
Esta sería mi segunda gran época de escuchar metal(, se diría).

Y me estoy encontrando con que me gustaría compartir con alguien, como mínimo una persona, los botines que estoy atesorando de mis incursiones en Metal Tracker o RockBox, pero la verdad es que cada vez tengo menos ganas de hacerme amigo de los metaleros que conozco. (¿Debería uno acercarse a la gente por compartir gustos? ¡Así fue como hice la mayor parte de mis amigos [de carne y hueso, con los que hablo en persona] más entrañables!, al menos eso me parece).

O bien yo no entiendo lo que quieren decir los discos que escucho, no soy la persona que los músicos esperan que escuchen esos sonidos; o bien los metaleros que conozco no entienden lo que yo entiendo de los discos que yo escucho.

Es que yo también… No me gusta ir a recitales, es verdad, ahí podría conocer a alguien; no voy a rockerías porque me pirateo todo lo que escucho desde hace más de diez años; recién ahora estoy empezando a tener ganas de ponerme remeras con logos de bandas después de casi quince años de no hacerlo (en primer año del colegio tenía una de A.N.I.M.A.L. y una de Korn y pará de contar). Y, lo crucial, las bandas que me parten la cabeza no son las más populares, realmente.

¿Dónde están los que escuchan death metal viejo (Entombed, Dismember, At the Gates, Grave, Unleashed, Pestilence, Obituary, Morbid Angel, Cannibal Corpse, Incantation, Cryptopsy) o el nuevo (Cattle Decapitation, Psycroptic, Dead Congregation, Morbus Chron, Dragged into Sunlight, Grime), que se preguntan como yo cuánto falta para que se acabe la humanidad, que se divierten con estos ritmos y gruñidos?

Es que soy gil. Por ejemplo, el otro día estaba esperando el colectivo y apareció una flaca con una remera de Hell Hammer (!!!!!!), la banda que tenía el cantante de Celtic Frost y hoy Triptykon, antes de formar Celtic Frost, y ¿qué hice?, dejé que se fuera sin siquiera… ¿qué podría haber hecho? Sin siquiera hacer los cuernitos en señal de ¿camaradería?

No sé. Es metal, es la música que te muestra cómo suena el infierno, la banda de sonido para el fin de los tiempos, hecha para el que se entretiene con todo lo que no entiende de la experiencia de ser humano, para el masticador de lo más oscuro que pueda imaginar la mente humana, música para locos que escapan de la realidad para enfrentar la realidad más cruda, para «explorar la frontera de lo irreal».
Prefiero la lluvia antes que el sol, el invierno antes que el verano, la montaña antes que la playa, el bosque antes que la ciudad, lo del costado, lo no-humano.

Me gustaría poder decir «somos» los carroñeros de esta cosa podrida pero tan rica, al menos con una persona más.

domingo, 10 de enero de 2016

YO OPINO - «Basta de bastardear a Mafalda»

Estoy harto de muchas cosas, pero ya ni me da el tiempo para gritar cuánto me molestan (por suerte (por suerte para mí)). Tengo ganas de armar una página que se llame así: «Basta de bastardear a Mafalda». Me pudrí de entrar al "inicio" del facebook y ver cuadritos de Mafalda con el texto cambiado, y cambiado para más que peor, cambiado para horror, cambiado para obliteración de la humanidad...

Ya se apropiaron del eternauta los kirchneristas. Y eso que con el eternauta se apropiaron de una manera en cierto modo lógica, digamos, porque la historieta tenía algunos puntos en común con la ideología del kirchnerismo. (¿Es cierto eso? Corroborarlo no estaría de más…) 

Ahora, ¿por qué al personaje de una niña con la mente de un adulto bastante inteligente me lo mezclan con frases bobas e, incluso, insultantes para los niños, para las mujeres y para la inteligencia en general?

Conclusión: la reputísima madre que los parió, pichiruchis.

 #BastadebastardearaMafalda

jueves, 7 de enero de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo V - «I'm back»

¿Qué? ¿Creyeron que me había olvidado de ustedes, mis queridos lectores? No, no. Ni mucho menos.
Mientras se prepara la polea y se recauchutan los rodillos de la minerva (sí, aunque no lo crean, por fin estoy resolviendo eso), me tomo un vaso de soda, que no tengo ni para Coca, y les escribo bolubolu, que es lo que más me gusta hacer.

En la reunión de fin de año con la familia recuperé algunas cosas. La que viene al caso en este «post»: la clave de Netflix. Después de un par de meses de no poder acceder al servicio por razones ajenas a vuestra incumbencia, recuperé la susodicha clave. De manera que el domingo, después del almuerzo, me apoltroné y me conecté. 

Para empezar, miré Terminator 3, que no la había visto completa nunca y, al término, Terminator "4" (Salvation). Me dieron bastante risa. La 3, sobre todo, que es todo un gran chiste (malo, pero chiste al fin). La 4, con la complicada historia del tal Marcus, no me convenció mucho. Me faltaron persecuciones y robots de metal líquido.

No contento con la panzada de robots tiratiros, me castigué con la vieja Robocop. Y todavía me dio el cuero para mirar Robocop 2 ya empezando la cena.

Iba a poner alguna reflexión elevada, pero la verdad, habiendo consumido casi 10 horas de películas «de mierda», se me derritió el cerebro como el T-1000 cuando cae en el acero fundido.

Mis disculpas a Tarkovski, que me bajé un par de sus películas (porque en Netflix, ni señales del tipo) hace unas semanas, pero aún no las metí en un «pen-drive» para contemplarlas en el Smart TV de mi padre.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Yo tenía un blog, ¿dónde lo dejé?

Antes de antes, cuando el mundo era más [o quizá menos] luminoso, yo tenía un blog que versaba principalmente de dibujo.

Por «temas», lo eliminé, y con él, destruí los dibujos originales de papel.

Hoy estaba buscando una imagen de perfil en mi cuenta de Google y encontré que algunos dibujos se salvaron de aquella eliminación total.

La foto de portada era esta:


Publicaba los chistes de Plinplaf! que salían en el diario Juicio propio:





Hacía algunos dibujos con acuarela
(este era un boceto que hice para una adaptación
de un cuento de Ray Bradbury que nunca terminé):


Bocetos en tinta china:





Bocetos con Rotring:



Bocetos con lápiz:



Bocetos rápidos en el subte:


jueves, 24 de diciembre de 2015

lunes, 21 de diciembre de 2015

Feliz Navidad y próspero Año Nuevo

¿Mi deseo para el año que viene?

Ver en vida el fin de los tiempos.

Que el 31 a la noche empiecen truenos y relámpagos, que la noche se haga día, que los pájaros levanten vuelo y se den de cabeza contra los edificios, que los árboles pierdan las hojas y se marchiten instantáneamente, y que el cielo se ponga rojo y negro, que las nubes se arremolinen y de un vórtice baje una mano gigante que nos señale y que la mugre de SU uña nos interpele y que, al encontrar esa mugre escatológica con la mirada, nos hagamos de un polvo que se lleve el viento.

Así podremos gritar —y esta vez, con verdadera justicia— al irnos desintegrando: «¡Felisa, me muero!»

jueves, 17 de diciembre de 2015

YO OPINO - Cinematógrafo IV - Nostalgia refrita

Transigiendo CON mi convicción arraigadísima [transigir es intransitivo, corrector de pacotilla], sigo publicando bolubolu por aquí.

Todavía no terminé de bajar ninguna de Tarkovski. Paciencia.

Anoche no me podía dormir (Cfr. las horas de publicación de todos los posts de anoche) y me dije: «Bueno, si me fumo el martirio de "Terminator: Genisys", tal vez me duerma como un angelito». 

Mala mía. 

Me la vi toda y quedé con los ojos "como el 2 de oro", cantaban los pajaritos, salía el sol y yo... yo seguía despierto...

¿Es una buena película? Pfffff. Ni de lejos. Sólo estaba desvelado, viejo. Al menos batí mi record y vi una película completa sin dormirme (casi sin pestañear) después de unos meses de haberlo intentado sin éxito.

El que me recomiende la nueva Star Wars... Nos vamos despidiendo. ¡Chuik!

YO OPINO - Cinematógrafo III - Charla esperanzadora

Hoy (casi) recobré la confianza en la humanidad cuando en una nutrida conversación con Sandra, mi socia en el proyecto de impresión tipográfica, y unos vecinos de Submundo me recordaron a Tarkovski. Creo que lo había puesto como uno de los «rescatables» en mi insidioso «YO OPINO - Cinematógrafo II», pero es cierto que es bueno. Tengo vistas Solaris, La infancia de Iván y El espejo. Ahora sé que son siete sus películas. Y que se pueden ver treinta veces cada una y no te cansás.

«Now we are talking»…

Frases célebres apócrifas 0

«¡¡¡¡EL INFIERNO ES EL OTRO!!!!»
Jean-Paul Kirchner.

martes, 15 de diciembre de 2015

YO OPINO - Cinematógrafo II - Nihilismo cinéfilo

Cuando era chico me encantaba ver películas. Pero cuanto más acceso tengo a ellas, menos interés me despiertan.
Woody Allen, Vin Diesel (los considero al mismo nivel de "artistas bien burgueses"; mentira, Allen está mucho más arriba en el ranking, si no en el primer puesto de narradores de problemas de gente con la que no me identifico y a la que no me interesa parecerme ni de lejos), Tom Cruise, Renée Zellweger, George Clooney, Peter Jackson, Christopher Nolan, Keanu Reeves y Angelina Jolie consiguieron que odie la idea de ¡perder! dos horas que podría haber empleado en dormir o leer o escuchar música.

Las películas de ciencia ficción me hacían tener sueños —y pesadillas— fuertes, pensar en el mundo que pintaban, imaginar qué haría en situaciones como las que se narraban, me daban ganas de dibujar historietas robando estéticas o situaciones que veía en las películas.

Rescato de lo nuevo a Wes Anderson, a Wim Wenders (¿nuevo?), la nueva de Mad Max —y sólo un poquito porque los autos parecen chocar de verdad y no CGI, pero es parte de esta nostalgia pedorra y falta de ideas de refritar todo—, [¿rescato algo más? tal vez… no, nada más], y ahí paremos de contar.

¿Gravedad? Bodriazo. ¿Eso dicen que es ciencia ficción?, ¡¿qué queda para "Solaris" de Tarkovski?!
¿El agente de CIPOL? La saqué una hora antes de que terminara.
¿El origen (Inception)? ZZZZZZ.
¿Las de superhéroes? Son lo menos malo de Hollywood últimamente. Y si eso es lo menos malo…
¿Y las de animación? ¿Hay chance de que hagan algo que no sea en CGI? ¿Y en donde los personajes no hagan la cara "'tude"? ¡¡¡¡JA!!!!
¿Y algún clásico? Dracula, la de Winona Ryder y Anthony Hopkins de la década de 1990... Traté de verla cuatro o cinco veces y me quedo dormido cuando Drácula llega convertido en monstruo medio lobo en el barco.

No me entretienen ni los honest trailers, ya, porque todo el cine de Hollywood es una burla de sí mismo.

No es tan así con las series nuevas. Game of Thrones y Netflix me pueden, realmente. Soy un gordo mascachicle bien marcado por el post-neoliberalismo, ¿qué querés que le haga?

No sé por qué me pasan estas cosas. ¿Envejecí? ¿"Me puse la gorra"? ¿Mi imaginación anda mal o las películas son realmente malas?

Para pensar…

YO OPINO - Cinematógrafo

No entiendo cómo Javier Fesser hizo la genial El milagro de P. Tinto y después el bodoque Camino.